Hassan, acostado en la nieve con pantalones negros y una chaqueta amarilla, mientras pasan otros alpinistas. Foto: Lakpa Sherpa/Expediciones 8k

Otra imagen en el K2 ha vuelto a levantar ampollas. En este caso, el cuerpo sin vida del porteador pakistaní Muhamed Hassam en el tramo del Cuello de Botella. Un paso difícil y comprometido que los alpinistas suelen recorrer lo más rápido posible. El porteador debió sufrir un accidente en este angosto paso por el que se cayó por la ladera cuando estaba encordado. Se debió quedar hacia abajo y al ir mal equipado parte de su cuerpo, al descubierto. Las bajas temperaturas por encima de los 8.000 metros de altitud pudo ser el origen de su fallecimiento. El cuerpo fue izado y se quedó allí donde murió, a unos 8.200 metros de altitud.

La imagen del cuerpo y que no se activara ningún tipo de socorro cuando se produjo el accidente han suscitado fuertes críticas en el mundo de la montaña. El k2 ha vuelto -vuelve- a ser protagonista por la masificación, por las numerosas expediciones comerciales, por el uso de cuerdas fijas, por el oxígeno embotellado de forma indiscriminada y por la forma de responder al accidente de este porteador en altura que deriva en lo poco que vale la vida… o según qué vidas.

Muhamed Hassam había sido contratado por el ruso Alex Abramov en la expedición que pretendía llevar a la cima del K2 a otro de esos alpinistas rusos de larga trayectoria, Sergei Bogomolov. Este destaca por las aperturas rusas en la vertiente sur del Cho Oyu, la cara norte del Dhaulagiri y el Shisa Pangma. Y uno de los cámaras de altura, contratado por Abramov y para hacer una película sobre Bogomolov al K2, era el español Luis Miguel López Soriano.

Soriano atiende a planetamontaña.com justo el día antes de tomar la Karakórum Highway dirección a Skardú. “El accidente se produjo en el peor sitio y el más peligroso del K2. Es un lugar en el que en cualquier momento puede caer hielo, puede producirse una avalancha por lo que hay que pasar lo más rápido posible”, recordó.

La pregunta que surge en toda la polémica es si hubiera sucedido lo mismo en el caso de que el fallecido no fuera un porteador de altura, que hubiera sido un occidental o, mejor ajustado, un alpinista del primer mundo. Soriano subraya que el lugar “es muy complicado”. “El accidente se produce muy alto, en el peor sitio del K2, en una travesía por el serac y muy peligrosa. Cualquiera que tiene un mínimo conocimiento de montaña sabe que hay que pasar lo más rápido posible para estar el menor tiempo posible allí”.  Respecto a la cuestión concreta de qué hubiera pasado en el caso de que se hubiera tratado de un alpinista del primer mundo, desliza un “posiblemente” se hubiera actuado de otra forma. “Creo que, al menos, se habría intentado (sacarlo de allí)”, matiza, “que es lo que faltó, aunque sacar el cuerpo de Hassam era muy complicado”.

El cámara español pasó por allí en la noche después del accidente del porteador pakistaní y ni se percató del cuerpo de Hassam, sí cuando regresó de hacer cumbre en el K2. Vio de primera mano quién estaba en la montaña y así lo valora: “La gente que estaba por allí era, por un lado, clientes que no estaban capacitados ni física ni técnicamente para hacer un rescate allí. Por otro, los sherpas que acompañaban a los clientes que estaban más capacitados lo que estaban pendientes era de la vida de sus clientes”. Con todo ello, Soriano tiene claro que (el rescate) “había que haberlo intentado, porque al final es la vida de una persona, y eso es lo más importante”.

Soriano es consciente de que la imagen de ver a gente pasando por encima de un cadáver es terrible. A su juicio, Hassam pudo caer porque la nieve en “ese tramo estrecho estaba suelta y si pisabas se te iba el pie con la nieve. Había que ir totalmente pegado al hielo y con cuidado. A pesar de las cuerdas fijas es un lugar donde la cuerda puede tener una holgura y caerte. Es lo que parece que le pasó a Hassam. Según me contó el sherpa que le izó, (Hassam) cayó hacia abajo, se debido fracturar la espalda y no estaba bien equipado. Se debió quedar con el pecho descubierto, en mala posición, con la ropa mal puesta y con temperaturas bajo cero que en poco rato se congela. Según me relató el sherpa le escucharon llorar”. A Hassam lo izaron, lo dejaron en el corredor y allí murió.